Muchas y diferentes son las razones por las que nos convertimos en familias expatriadas. De lo que no hay duda es de que siempre tiene que haber una buena razón para dejar nuestros países de origen y a nuestras familias.
Hoy voy a enumerar algunas de las más comunes:
– Mejora en la carrera profesional nuestra o de nuestras parejas: nos ofrecen un buen proyecto y un plan de carrera atractivo.
– Por amor: conocemos al hombre de nuestras vidas y decidimos hacer las maletas y formar una familia fuera de nuestros países.
– Por una mejora económica: hay veces que esto va unido al primer punto pero no necesariamente y más ahora que la expatriación ya no es el chollo que era. Pero sin embargo, hay países que ofrecen mejores condiciones económicas que nuestros países de origen por puestos similares.
– Por buscar trabajo: la crisis económica y financiera de los últimos años ha llevado a muchas familias a emigrar a otros países a buscar nuevas oportunidades.
– Por convicción: siempre quisiste formar una familia en un contexto multicultural y multilingüe.
Y seguro que a tí se te ocurren muchas más. Pero la idea de este post va más allá de enumerar razones.
Es sobre todo confirmar que siempre hay una buena razón para tomar la decisión de ser expatriadas y que esa razón debe estar bien definida, negociada, ser consistente y constante, que perdure en el tiempo.
Porque ¿qué pasa cuando esa buena razón desaparece? Cuando por ejemplo, el plan de carrera que te prometieron no es real, te separas de tu pareja o vivir en otro país ya no lo consideras el reto que era.
Esta es otra de las cuestiones que debemos tener muy claras a la hora de empezar una expatriación porque sin que haya buenas razones para convertirnos en expatriados, esta aventura está condenada al fracaso.
Hoy me encantaría conocer tus razones para ser expatriada, estoy segura que ayudarán a muchas otras madres que planifican su expatriación, ¿por qué eres expatriada?
Laura
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Hola!
En mi caso, fueron varias razones, como las que habéis puesto arriba; estudié Turismo y me encanta mi profesión, recorrer países, conocer otras culturas, incluso me planteé vivir temporadas fuera. En búsqueda de un trabajo como Guía de Turismo en Croacia, conocí al que sería mi marido, y lo supe enseguida que era él el hombre de mi vida y lo dejé todo. Y claro, para rizar el rizo él es diplomático y nos toca vivir temporadas fuera(que llegan a ser muchos ańos a veces) con lo cual siempre estoy expatriada.
Besos!!
Hola Gemma, como me gusta tu historia, tiene un poco de todo y todos son motivos de peso. Mil gracias por compartirla con nosotras. Un beso! Laura.
en mi caso se mezclo la oportunidad de trabajar fuera con una incipiente historia de amor que se convirtió en familia 🙂 pero yo no esperaba irme por tanto tiempo como el que llevo, así que tuve que readaptarme a la idea.
Si, lo de readaptarnos es algo muy habitual en las expatriadas. Muchas gracias por contarnos tu historia. Un beso.
Hola ,Muy buen post. En mi caso fue el amor y tuve la suerte de poder expatriar mi trabajo ya que la empresa tiene en Francia sede. Pienso que sin trabajo habría sido duro, aquí no se hacen amigos fácilmente, por ejemplo en el trabajo los compañeros, son eso, compañeros..se comparten pocas cosas de la vida privada. Por suerte viajo por trbabjo a menudo, y reencuentro mis compis de siempre, y café va, café viene. Animo a todas en vuestras vidas y con vuestros proyectos allá donde estéis.
Hola! muchas gracias por pasarte por aquí y contarnos nuestra historia. Sin duda lo de poder expatriar tu trabajo fue una suerte ;). Un beso!