Te presento a Úrsula, una expatriada con una historia de vida en el extranjero desde que es una niña, una niña de tercera cultura. Comparte con nosotras su recorrido desde que salió de su Peú natal, hasta ser mamá expatriada en Dubai.

Mi nombre es Úrsula. Nací en Lima, Perú. Mi primera mudanza internacional fue con 10 años, y he vivido en Estados Unidos, Costa Rica, Argentina, España y Francia.  Después de 20 años en Madrid, y desde hace poco más de un año, estoy de expatriada en Dubái.  Estudié restauración de papel y fotografía, trabajé en un par de museos y decidí dedicarme a la gestión cultural. Pero lo dejé “aparcado” cuando me volví madre. Estoy casada con un francés, y tengo dos hijos, de 4 y 7 años.

 

  1. ¿Cuánto tiempo llevas siendo mamá expatriada?

Como mamá expatriada llevo poco más de un año. Pero, a esto tienes que añadir que yo soy una extranjera/viajera desde que era muy chica. Mis hijos nacieron y los empecé a criar en un país distinto al país en el que nací, junto con marido también extranjero. Así es que, por ejemplo, nunca he tenido la red de apoyo que tienen muchas madres que han tenido a sus hijos en el lugar donde han vivido toda su vida. Además me he tenido que enfrentar, desde siempre, a la problemática de unos hijos que se sienten de un lugar distinto al mío o de su padre.

  1. ¿Qué ha sido a lo que más te ha costado adaptarte?

Puf, qué pregunta difícil de responder. Creo que todo el primer año fue duro en general. Para mí no sólo han sido las cosas nuevas si no también, en cierta medida, el enfrentarme a cosas internas (de desarraigo, añoranzas, etc.) que ya había vivido como nómada y a las que no me había enfrentado de una manera tan fuerte desde hacía mucho tiempo, (por haber estado en el mismo lugar 20 años antes de esta mudanza).

Pero si tuviera que decir sólo dos cosas a las que más me ha costado adaptarme en esta nueva expatriación, creo que la primera y más dura (aunque suene tonto) ha sido el calor, que me parecía una cosa de otro mundo (y me sigue pareciendo, aunque menos). Cuando te hablan del calor en Dubái no imaginas que puedas llegar a sentir como si estuvieras entrando a un sauna cada vez que sales de tu casa. Y en realidad es lo que sientes durante varios meses, más si llegas al terminar el verano para comenzar el curso escolar.  

La otra es el enfrentarte a las diferentes culturas con las que tienes que interactuar aquí en Dubái. Yo que me creía muy “viajada” y me di cuenta de que toda mi experiencia era más bien americana (sur y norte) y española. Me encontré aquí con que me chocaba el tono de hablar de los filipinos. Tuve que aprender (y sigo aprendiendo) qué significan los gestos físicos que hacen los indios. Me estoy teniendo incluso que hacer a costumbres de los ingleses… ¡Fue un shock absoluto!

  1. ¿Cómo es un día cualquiera en tu familia?

Nuestro día a día es bastante tranquilo, aunque al mismo tiempo muy diferente al que teníamos en Madrid: me despierto, me ducho, despierto a los niños a las 6.30am y nos preparamos para ir al cole, que empiezan a las 7.30. Algunos días los llevo yo, y otros es mi marido quien los lleva de camino al trabajo. Yo paso las mañanas entre ir al gimnasio, hacer la compra o “recados”, o quizás tomar un café con alguna amiga. Luego busco a uno de mis hijos del cole (al tener distintas edades sus horarios son diferentes), venimos a casa, comemos y salgo a buscar a mi hija mayor. El pequeño se queda con la señora que limpia en casa.

Hay tardes en las que tocan actividades extraescolares y llevo y traigo a los niños. Si no, hacemos deberes, jugamos en casa o vamos a casa de los vecinos a jugar un rato. También podemos salir a la playa (que tenemos muy cerca) para mojarnos los pies, jugar en la arena o pasear en bici. Después de eso tocan baños, cena y a dormir temprano. A veces mi marido llega antes de que los niños estén acostados.  Cenamos, vemos una serie si tenemos fuerzas y a dormir.

  1. ¿Qué importancia le otorgas a la adaptación a la nueva cultura y sociedad? ¿Cómo crees que repercute en el crecimiento de tus hijos y su desarrollo?

Bueno, eso es algo complejo en un lugar como Dubái. Aquí tienes la cultura árabe y una religión completamente distinta a la de los países de donde venimos nosotros, pero al mismo tiempo hay que tener en cuenta que este es un sitio al que no llegas como único expatriado/extranjero a tu barrio o colegio. La mayor parte de la gente de la que te rodeas está en tu misma situación de expatriado, y la ciudad no te “obliga” a adaptarte a ella como ocurre en otros países. Puedes vivir tranquilo rodeado de gente de tu país, sin casi tener una verdadera necesidad de salir de ese núcleo.

En realidad, aquí a lo que tienes que adaptarte más es a esta interculturalidad tan fuerte y, claro, respetar las costumbres locales (no ponerte a cantar o bailar como loco en medio de la calle, ni besarte en público, por ejemplo), pero no necesariamente cambiar tu vida en función de ella de forma radical.

Creo honestamente que la cultura y sociedad local no repercute casi en nada al crecimiento de mis hijos, tal vez sólo en las preguntas que me pueden plantear de vez en cuando por aquello que ven distinto a lo que conocen. Pero incluso lo diferente o ver cosas diferentes empieza a ser “normal” para ellos.

  1. ¿Cuáles dirías que son las ventajas y las desventajas de criar a un hijo en Dubái?

Nunca creí que diría esto, pero ventajas tiene muchas. Como decía antes, Dubái es una ciudad multicultural hasta un punto que no puedes imaginar. Mi hija tiene en clase compañeros italianos, franceses, de nueva Zelanda, Australia, Jordania, Pakistán e India. En su clase de gimnasia su mejor amiga es coreana. Me asombra y fascina cuando mi hija me habla de religión y pregunta cosas que yo me he planteado recién siendo adulta y que creo que le van a dar una apertura de mente que agradezco.

Otra ventaja es el clima. Puede ser una tontería pero poder estar casi todo el año sin ponerte abrigo es algo que tiene muchas ventajas. Sí, es cierto que hay meses de mucho calor, pero como en otras partes donde hay meses de muchísimo frío que te impiden salir a la calle también. Además, aquí todo está bastante adaptado para poder estar fuera de casa sin tener que estar al aire libre al calor.

Luego hay cosas que pueden resultar pequeñas, pero que a mí me asombran. Este trimestre mi hija está estudiando los climas polares… y para terminar el tema va a ir de paseo con el cole a Ski Dubái a ver pingüinos, aprender cómo se forma el clima polar y a jugar en la nieve. ¿en qué otro lugar podría vivir algo así?

Pero eso también tiene su desventaja, y es una de las cosas que me preocupan de Dubái a la hora de vivirlo con niños, y es que hay una cierta dosis de irrealidad. Mi hija ama los pingüinos y ya ha podido tocarlos una vez. Ella ve el edificio más alto del mundo y le parece algo normal (porque en el día a día es cierto que uno termina normalizando todo). No es capaz de apreciar la maravilla que es poder ver el mar todos los días, cuando yo estoy como loca pasando delante de él cada vez que puedo porque sé que es un lujo que no vamos a tener siempre. Aquí lo puedes tener todo, en mayor o menor medida y me asusta que mis hijos crean que la vida es y será siempre así.

Otra desventaja que veo a criar niños en Dubái es que casi todos tenemos ayuda en casa, en mayor o menor medida. Y, por lo general, son chicas muy serviciales que están acostumbradas a hacer TODO por ti. Eso significa que tienes que tener un cuidado extra para enseñar a tus hijos a que no todo viene dado y que tienen que hacer cosas como recoger sus juguetes, ayudar un poco en la cocina, etc.

  1. Habiendo crecido como una TCK o niña de tercera cultura ¿Qué lugar otorgas a la herencia cultural en la educación de tus hijos? Hablan español en casa, comen comidas de tu país, escuchan música de tu niñez…

Sí, en casa hablamos español porque es el idioma en el que nos formamos como familia (mi marido y yo nos conocimos en España y es donde nacieron mis hijos), pero mi hija, que lleva fuera de España sólo un año, ya intenta a veces hablarme en inglés porque empieza a resultarle más fácil. Yo tengo que hacer un esfuerzo y cortarla para que vuelva al español recordándole siempre que sus amigas de Madrid no la van a entender si ella olvida cómo hablarlo. La verdad es que la importancia que le doy al idioma no es tanto como herencia si no más bien como herramienta. Si estuviésemos en un lugar donde sólo se hablase español seguramente intentaría que tuvieran el inglés y el francés como algo del día a día.

En cuanto a la “herencia cultural”, creo que al haber crecido TCK*, mi identidad cultural pasa más por ser nómada y haber absorbido cositas de un lugar u otro, que por un país específico. Quizás también tenga que ver con que mis padres fueron siempre muy desarraigados y en mi casa nunca hubo mucho espíritu peruano ni identificación con el ser peruano (ni de cualquier otro país), como en casa de otros amigos que conozco que viven fuera.

Creo que lo único en lo que puede haber un tema cultural más fuerte en mi casa es con la comida. Mi abuela tenía un restaurante y la cocina siempre ha jugado un papel importante en mi familia. A mí me encanta comer comida peruana, porque es cierto que es con la que más me identifico, es la que aprendí a comer y a cocinar de más chica y encima ahora está tan de moda. Pero no es algo que le enseñe a mis hijos como proveniente de mi país como tal, si no más bien como parte de mi historia personal…

  1. ¿Te ha sido fácil encontrar un espacio y proyecto personal y profesional en otro país?

La verdad es que no. De momento no tengo ningún proyecto personal o profesional aquí en Dubái. El primer año aquí lo he dedicado a los niños y su adaptación, y a conseguir una estabilidad en casa. Estoy en este momento en un punto en el que necesito hacer algo para mí porque sino creo que me puedo volver loca. No soy de las que puede pasar el día yendo al gimnasio o tomando café con amigas (aunque no me puedo quejar). Pero me está costando bastante, en realidad, decidir qué hacer. Creo que una vez que tenga eso claro vendrá el cómo hacerlo.

  1. ¿Crees que diferentes países de expatriación requieren de una actitud distinta? ¿Cuál es el mejor consejo que podrías dar a otra mamá que piensa en irse a vivir a otro país?

En realidad no creo que el país al que te mudes determine la actitud que tienes que tener ante el cambio, pero sí creo que esto dependerá de tu personalidad. Lo que va a ser distinto es la manera en la que te tengas que relacionar con el entorno una vez que estás en el nuevo lugar. Me parece que lo que hay que tener siempre es una mente abierta. Recuerdo que, cuando mi marido me habló de la posibilidad de mudarnos a Dubái, a mí se me vino el mundo abajo. No sólo estaba dejando mi vida y los pequeños proyectos que empezaba a tener, sino que me proponía ir a un lugar que me parecía absolutamente “hostil”. Tenía una imagen de jaula de oro para expatriados que se divertían y vivían rodeados de lujo. Mi personalidad no cuadraba para nada con el pre-concepto que tenemos de Dubái.

Pero, como crecí cambiando de lugares, sabía que uno se adapta a todo si va con la mente abierta. Hay que aprender a ponerse en el lugar del otro, y tratar también de aprender y aprovechar de todo lo que te rodea. Yo intenté, desde el momento en el que estuve más cómoda con mi entorno, buscar cosas que fueran más con mi forma de ser y con mis intereses. Descubrir rincones fuera del circuito “clásico” o más turístico de Dubái. E incluso empecé a aceptar aquello que hubiera rechazado de entrada en Madrid. Ahora, por ejemplo, salgo a la calle sabiendo que detrás de cada persona o cada lugar puedo encontrar algo interesante.

Mi consejo es el de ir con la mente abierta. Saber que al principio probablemente no lo pasarás bien (conozco muy poca gente que está bien al principio de una expatriación), pero que de todo se puede sacar algo bueno y en todas partes podemos encontrar “nuestro sitio”. Como decía una amiga expatriada en Croacia, nunca debemos juzgar una expatriación sin antes haberla vivido. Hace un año y medio pataleaba porque no quería venir aquí. En este momento creo que me tendrían que sacar arrastrando…

Muchísimas gracias Úrsula por tus reflexiones y consejos. Creo que muchas mamás también nos preguntamos qué actitud tendrán nuestros hijos al crecer en otro país (u otros países) y tu recorrido es más que interesante desde todo punto de vista. Lo que dices acerca de «ir con la mente abierta» es lo esencial para ser feliz viviendo en el extranjero, a cualquier edad. Las invito a conectar con ella en sus blogs: www.vivirendubai.com  y  www.chicaperika.com y también en las redes sociales: Twitter: @dubailandovoy, Instagram @dubailandovoy y en Facebook: @dubailando

Un abrazo

Erica

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*TCK= Third culture kid

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