Estamos preocupados por la situación mundial. es algo que nos une y a la vez nos separa. Nos sentimos cerca y lejos, los que vivimos en el extranjero sabemos mucho de este tema. Pero la distancia parece haberse agrandado en tiempos de Coronavirus.

La idea de que los vuelos que nos acercan hayan sido anulados nos enfrenta a esa sensación de incertidumbre creciente: ¿cuándo podremos volver? No porque tengas un viaje planificado a corto plazo pero sí porque en nuestra mente siempre lo tenemos presente, es como un horizonte al que nos vamos acercando y la idea de verlo alejándose nos genera muchas sensaciones encontradas.

¿Qué sucede si necesito viajar y no puedo? En mi caso, luego de haber pensado que no tengo forma de llegar a mi querida Argentina, que finalmente exhibe con todo su protagonismo la particularidad de ser el país mas austral del planeta, intento pensar en positivo. ¿Por qué pensar que necesitaré ir de emergencia y no podré? ¿De qué me sirve esa angustia paralizante? Solo me confirma lo lejos que estoy físicamente, cosa que en estos momentos no es una información que deseo recordar en permanencia.

Entonces me concentro en lo que sí puedo hacer desde donde me encuentro. En principio acompañar a todos gracias a la tecnología que me conecta, pero también conectarme con los que se encuentran más cerca mío. ¿Acaso tengo vecinos, que al igual que mi madre, viven solos y tienen más de 75 años y quizás necesitan que alguien esté al pendiente?  Ahí es cuando sonrío y creo que hay formas de sentirme cerca, no será con un miembro de mi famiia pero puede ser con alguien en sus mismas condiciones que me necesite para hacer una compra o sentirse acompañado. Nos hace bien a los dos, nos sentimos menos solos, nos acercamos cada uno en la necesidad del otro.

Me dirás que quizas con niños pequeños este tipo de cosas se ponen más difíciles y te sugeriré que tus niños pueden hacer dibujos para esos vecinos así como los harían para sus abuelos. Es una idea sencilla, pero quienes estamos viviendo lejos desde hace tiempo sabemos que mucha gente a nuestros alrededor se ha convertido en famlia sin habernos dado cuenta.

Es importante pasar a la acción a pesar de tener que quedarnos en casa. Hay muchas cosas que podemos hacer desde el hogar además de videollamadas. Lo importante es ocuparnos más para poder preocuparnos un poco menos con las noticias que desalientan y las imágenes insensatas de comercios vacíos. Hagamos cosas que alimenten nuestro ánimo de forma positiva y no generen más angustia y ansiedad de la que nos provocan los audios alarmistas del Whatsapp. Contagiemos empatía, apoyo y comprensión.

El cuidado de la salud mental es esencial a tu bienestar general. Y por supuesto, si encontramos un poco de equilibrio en esta pandemia podremos estar mejor predispuestos a la cuarentena, el caos en el hogar, los llamados de tu jefe y las conferencias virtuales de tu pareja.

Si necesitas a alguien que te acompañe a transitar esta situación no olvides que continúo con mis consultas online. No dudes en contactarme

Saludos,
Erica