Existe mucha controversia sobre el «descubrimiento» de América y cuál es su verdadero significado histórico. Muchos apoyan con fervor la idea que el continente existía y que la mirada de un otro, supuestamente más poderoso, no le otorgó ni más valor ni mejor futuro. Otros se centran en los beneficios de ese encuentro entre ‘dos mundos’ y sobre la verdadera interacción versus la imposición y la conquista por la fuerza.

Desde nuestra perspectiva y compartiendo ambas visiones nos centraremos en el encuentro, en la conexión y nos sirve para pensar nuestro cambio de país e integración cultural.

El encuentro entre tu mundo y la nueva realidad a la que llegas es un choque cultural importante y leva tiempo reacomodarse a él.

No siempre te va gustando lo que vives a pesar de que tu nuevo lugar te ofrezca nuevas experiencias que nunca antes habías imaginado, como mercadillos de invierno, castillos que nos transportan a tiempos lejanos y paisajes en los que te perderías fácilmente.

Uno de los principios de la expatriación es salir de tu burbuja y sumergirte en tu nuevo ambiente.

Muchos quienes se mudan de país se quedan muy encerrados en el círculo de sus compatriotas o gente en su misma situación (diplomáticos, militares, científicos, etc) Esto ayuda muchísimo, sobre todo en los primeros tiempos, pero teniendo en claro que hay miles de opciones fuera de ese contexto. En algunos países las posibilidades son más limitadas pero no dejes de pensar que conectar con gente local es tan importante como conocer compatriotas.

Otro de los principios es enfocarte más en tu energía interna y menos en los desafíos externos.

Todo lo que tienes y quien eres te ha traído hasta este lugar en este momento, Crecerás y te enriquecerás como persona con esta experiencia desde tu propia individualidad. Confía en tí y conecta con tu nuevo mundo desde allí, como un encuentro e intercambio más que como un enfrentamiento.

Un ejemplo claro de esto son las consultas que recibo de muchas mamás acerca del miedo de que sus hijos pierdan costumbres y tradiciones familiares. Creo que eso es algo que puedes continuar desde el hogar, con la idea clara de que es la familia quien debera hacerse cargo de esa transmisión y al mismo tiempo deja que tus hijos aprendan de una nueva cultura, así como aprenden un nuevo idioma. Adquirir nuevas costumbres no es perder las propias, aquí tambien la idea de los valores internos no deben verse «en guerra» con los de tu nueva ciudad, pueden y deben complementarse.

Algunas reflexiones que pueden ayudarte a comprender tu proceso de integración: 
  • ¿Te has puesto a pensar si llegas con preconceptos que determinan la forma en que ves tu nuevo país de residencia?
  • ¿Crees que te encuentras dispuesta a adoptar nuevos códigos e incorporarlos a tu rutina diaria?
  • ¿Añoras tanto lo que has dejado que has perdido objetividad y crees que todo tiempo pasado fue mejor?
  • ¿Idealizas lo nuevo y por ello tomas todo lo que te ofrece esa nueva ciudad sin preguntártelo demasiado?

Las respuestas a estas preguntas te darán la pauta de como estas haciendo las cosas y por qué te encuentras insatisfecha o sientes que siempre falta algo.  

Por ejemplo, si te escuchas a ti misma criticando automáticamente todo lo que sucede a tu alrededor es porque no estás dispuesta a «encontrarte» con el mundo que te rodea hoy. Me parece imposible que no puedas encontrar nada positivo en tu día a día, esto puede ir desde cosas tan prácticas como la puntualidad del transporte público hasta la calidad de la educación pública.

Si no has podido encontrar lo que te hace feliz en esta nueva aventura es porque no has tenido un «encuentro con tu nuevo mundo» o no te encuentras bien predispuesta para ello y no es para vivirlo como un fracaso sino para proponerte realizar un cambio. El choque cultural existe y no hay que ir a buscarlo con miedo sino con ganas de conocer más, segura de que pueden sucederte cosas maravillosas.

No es cuestión de conquistas sino de encuentros, no te lo plantees como un enfrentamiento, tu integración depende de muchos factores pero esencialmente depende de ti. 

Saludos
Erica
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