El poder de las historias es conectar con las emociones de quien se encuentra al otro lado. Su mensaje puede tener muchas aristas y atraer de forma diferente a la audiencia. ¿Cuántas veces hemos escuchado de nuestros hijos ese pedido? «Cuéntame una historia» . No importa si la historia proviene de un libro, de la imaginación de quien relata o se crea con una serie de muñecos que tenemos en casa.

Recuerdo que mis hijos amaban mirar los catálogos de jugueterías, pero su favorito era el de los Playmobil. Mientras la compañía tenía como objetivo vender sus productos y personajes, nosotros inventábamos historias. Si el juguete estrella era el yate y la familia vestida en estilo náutico, nosotros hablábamos de cuándo decidieron zarpar, qué llevaban para comer, a qué lugares irían y cómo se entablaban esas «conversaciones» entre los personajes. Y nos pasabamos mucho tiempo en ello, y cada vez que volvíamos a ver las imágenes le agregábamos algo nuevo a la historia. 

Además de ser una actividad que despertaba la creatividad y un mundo imaginario, mientras jugábamos y soñábamos con la vida de esa familia en el yate, mis hijos iban enriqueciendo su vocabulario. Ellos no lo sabían, y yo tenía planeadas esas actividades de manera casi estratégica. 

La planificación no quita lo espontáneo de una actividad. Al contrario, le da intención y si bien no significa que hay un plan trazado al detalle, mi objetivo era muy claro: desarrollar el lenguaje, específicamente el español, que solo lo hablaban en casa.

¿Por qué te cuento esto?

Te comparto esta experiencia, que me trae hermosos recuerdos, porque es un ejemplo de cómo podemos fácilmente armar propuestas que integren el desarrollo de nuestra lengua. Criar niños bilingües es una de las metas compartidas de la comunidad de Mamás por el Mundo, y nos lo tomamos bien en serio.

Y te cuento que a pesar de que mis hijos ya son adolescentes, esas revistas aún forman parte de la biblioteca, de nuestros queridos ‘libros’, porque no hace falta de un material muy elaborado, sino de la intención que tengas. Toda experiencia puede convertirse en una actividad educativa, divertida y que nos deje recuerdos que queden en todos nosotros.

Este es uno más de los servicios que te ofrezco, acompañarte paso a paso con actividades concretas en el camino de la educación bilingüe. 

¿Cuáles son las actividades que disfruta tu familia entorno al lenguaje y el juego? ¿Qué propones en casa cuando se oye la frase «cuéntame una historia»?

Saludos,

Erica