Mamá Expatriada en Telaviv

Hola, soy Lucrecia, argentina y futura mamá, y estoy expatriada en Tel Aviv desde hace 10 meses.

En enero del año pasado a Nico le ofrecieron participar de un proyecto en Israel, inicialmente sería por unos meses con posibilidades de prolongar la estadía. Al principio la idea me aterró, no tenía ninguna intención de mudarme tan lejos de mi gente, nos íbamos a casar en tres meses y estaba pensando en estudiar pastelería para ir dejando gradualmente mi carrera de 17 años en Finanzas. No veía la posibilidad de formar una familia trabajando 12 horas fuera de casa.

Teníamos que decidir en pocos días, con lo cual luego de pensarlo con la almohada (estaba claro que Nico no iba a hacerlo sin mi) decidí apoyarlo en su carrera y confiar en que por algo se presentaba esta oportunidad Estuvimos separados por 5 meses y en ese período viajé un mes para conocer la ciudad y ver si me gustaba.

Pospusimos el casamiento y cancelamos la luna de miel en el Sudeste Asiático (que ya habíamos pagado, y hasta hoy no hemos aprovechado)

Decidimos que era una hermosa aventura familiar, que íbamos a volver cuando alguno de los dos lo necesite pero que nos lanzábamos a lo desconocido juntos.

Y así fue, Nico volvió a Argentina en Junio 2014 por 10 días, nos casamos e hicimos la fiesta de casamiento-despedida con nuestros seres queridos. Acomodé las cosas en mi trabajo, cerré nuestra casa y en julio me mudé a Tel Aviv (en período de plena guerra, eso es un capítulo aparte).

No fue fácil, no conocíamos a nadie, no sabíamos hebreo (por suerte si sabemos inglés, que acá se habla normalmente) pero lo fuimos disfrutando. A los dos meses de estar expatriados quedé embarazada y dentro de un mes y poco más vamos a recibir a nuestro primer hijo. No hay palabras para describir la felicidad que tenemos por agrandar la familia, es algo con lo que soñamos desde hace mucho tiempo.

No soy la misma, no sólo por la proximidad a ser mamá, si no por las experiencias que vivimos este último año. Crecimos como personas, como pareja, como familia.

Aprendimos a soltar, a vivir el presente y a llenarnos de mundo con la certeza de que los verdaderos afectos resisten el tiempo y la distancia.

No volví a trabajar, y eso también fue duro para alguien tan independiente y activa como yo. Decidí ir de a poco, disfrutar mi embarazo, adaptarme al nuevo país, ser mamá y luego iniciar mis estudios en Pastry Chef, o lo que surja.

Cambiaron mis paradigmas, mis prioridades. Definitivamente soy otra, una mejor versión de mí misma.

 

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