Epocas de viajes, vacaciones y visitas a la familia, el fantasma del jet lag nos persigue a muchas. Lo que más nos asusta es el jet lag de los niños porque sabemos que lo que los afecta nos afectará también a nosotras. Te dejo unos consejos, astucias y otra forma de pensar y hasta planificar tu viaje para que el jet lag no arruine ni la llegada ni el regreso.
El jet lag, que en español es el síndrome de los husos horarios, remite al desequilibrio que se produce en nuestro organismo al atravesar meridianos. Sucede porque nuestro ritmo biológico necesita tiempo para adaptarse al nuevo horario de tu destino. Como bien digo, esto sucede más que nada al cruzar de este a oeste, o visceversa, más que cuando viajas de norte a sur, ya que la diferencia horaria es casi nula y es fácil adaparse rápidamente al cambio horario.
El jet lag es temido porque sumado a los desfasajes que muchas madres tenemos respecto del sueño, no deseamos más que disfrutar del viaje que estamos realizando o el que venimos de terminar. Adaptarnos rápidamente a un nuevo horario no es mágico. Hay gente que ofrece mil fórmulas y hasta medicamentos o suplementos como la melatonina, yo no soy médica así que si tienes una inquietud al respecto consulta con tu médico y con el pediatra de tus niños.
Yo he pasado por diferentes etapas en este tema, y con mis hijos pequeños y viajando sola me ha costado mucho más, por eso es importante tener lo en cuenta y planificarlo como parte del viaje.
Algunos puntos importantes a considerar cuando planificas el viaje:
- verifica en los horarios de los vuelos cuáles son más convenientes: si por ejemplo es a la ida de visita a la familia, sería bueno que cuentes con ayuda y lo planifiques. Si es de regreso, y puedes llegar sobre fin de semana para no tener que salir corriendo con horarios precisos apenas llegas, aún mejor.
- antes de partir: si es posible, intenta empezar a acomodarte a los horarios de tu destino, ya sea acostarse más temprano o más tarde. Suele funcionar muy bien con los niños.
- durante el vuelo: intenta empezar a ajustarte al horario local. Al subir al avión cambia tu reloj al horario de destino e intenta empezar a acomodarte. Decirte que hagas dormir a tus niños en un vuelo en pleno día puede resultar muy complejo pero muchas veces cuando en la cabina bajan las luces a veces logramos que duerman al menos una siesta.
- el sol: es una fuente de energía así que intenta estra al aire libre y no encerrada en tu primer día para así ayudar al cuerpo a adaptarse lo antes posible. Además algo de ejercicio, así sea una pequeña caminata es muy bueno.
- alimentos: hidratarse siempre es bueno, pero en los viajes y cambios horarios es aún más importante. En lo que a los adultos se refiere, controla la ingesta de alcohol y cafeína, que tienen efectos directos. En niños, intenta adaptar las ingestas al horario local, lo cual no implica matar de hambre a la familia, quizás una colación liviana nos hace llegar mejor al horario local de la cena o almuerzo. Algunos desajustes digestivos pueden producirse por falta de hidratación, del cansancio y cambio en el clima. Ten a mano antidiarreicos y laxantes, todos los escenarios son posibles.
- los cambios de humor: muuucha paciencia con los demás y con una misma. Si te digo que te tomes un vasito de vino estaría siendo incoherente con lo que te acabo de decir en el punto anterior.
- amamantar: la combinación de estar mal dormidos, tanto la madre como el bebé no es la mejor. Hidratarte y descansar al máximo te ayudará a estar en forma a la hora de dar el pecho, teniendo en cuenta que tu hijo/a tampoco tiene los horarios ajustados y el concepto de «a la demanda» toma una nueva dimensión.
Algunos accesorios que pueden ser de ayuda se encuentran disponibles en el mercado. Consulta con un médico antes de tomar algún complemento.
¿Qué te ha funcionado mejor? ¿Qué consejos compartirías con quienes temen al jet lag? ¿Has dejado de hacer un viaje por temor al jet lag de tus niños?
Bon voyage!
Erica
Para mi lo peor es viajar de oeste a este porque te comes horas, es como si hubieras perdido el tiempo.
Y en los intercontinentales, cambiar hemisferios e ir de verano a invierno, es terrible, a las 4 de la tarde empieza a anochecer y para tu cuerpo es casi la hora del desayuno.
Dependiendo de dónde vaya, tardo entre cuatro días y una semana en recuperrarme. Los críos no, ellos enseguida!
Besos.
Lo del clima tienes mucha razón. Llegar abrigado a esos veranos que nos transportan a otra dimensión, o a la inversa, suma tiempo a la adaptación
Beso!
De Australia a España y viceversa cuesta mucho acostumbrar a los nuevos horarios de sueños… una semana de adaptación al menos
Me imagino lo complejo que debe ser desde latitudes como Australia! Gracias por compartir tu experiencia.
Un beso