Cuando somos padres tomamos conciencia de nuestras responsabilidades, de todo lo que implica estar a cargo de un niño y cuidar de él.
La educación es algo que muchas veces damos por hecho al elegir la mejor escuela en el mercado, clases de deportes y arte si los tiempos y el presupuesto lo permiten y otras actividades extra escolares.
Sucede que muchas veces no somos conscientes que elegir una escuela o jardín de infantes es más que pagar la cuota o llevarlos cada mañana. Cuando elegimos una institución educativa para nuestros hijos nuestras exigencias y expectativas son grandes y en general esperamos mucho de ello pero ¿cuánto estamos dispuestas a implicarnos en ésta tarea?
Cuando nos mudamos de país tendemos a idealizar muchas cosas, empezando por la calidad y oferta educativa. Y nuevamente la pregunta es: ¿cuánto de tí pondrás en implicarte en ese proceso a pesar de entender a medias lo que las maestras te dicen y el nuevo sistema y métodos de enseñanza en los que se encuentran tus hijos?
La respuesta es más compleja de lo que crees, no porque sea imposible adaptarte a una nueva realidad sino porque hay muchas variables que debes tomar en cuenta a la hora de elegir y acompañar a tus hijos en su día a día:
- tener paciencia con ellos y contigo misma: los nuevos códigos y reglas no se aprenden en un día ni tampoco el primer mes
- interiorizarte acerca de métodos de enseñanza y pautas del sistema: lo has leído antes de partir y lo vas viendo a diario, en las tareas, las actividades con padres y reuniones con maestros
- la comunicación entre escuela y hogar, como en todo lugar, es fundamental para una buena experiencia.
- buscar ayuda: no esperes a que sea tarde ni desesperes y salgas a contratar ayuda al primer problema, encontrar el equilibrio no es sencillo y debes dejar de lado tu propia angustia para entender cuál es el verdadero obstáculo que enfrenta tu hijo
- organizar la vida social entorno a las actividades escolares : las amistades van a formarse de a poco y la confianza se irá estableciendo entre pares y familias, respetando culturas y aceptando nuevos ritmos
Estas son algunas pautas para pensar de qué forma establecer tus expectativas y tiempos en materia educativa en un nuevo país.
Yo lo he tenido claro desde el principio, y mas allá de ser psicopedagoga, me ha llevado un tiempo acomodarme a una realidad y entender cómo lograr una buena armonía entre tantos elementos, pero casi 20 años de experiencia expatriada me han enseñado mucho y en los tres países en donde hemos vivido he aplicado estas pautas básicas.
Lo que más nos preocupa a muchas mamás y que son los temas centrales en las consultas online que realizo, te lo puedo resumir en frases como:
- mi hijo no parece el mismo, se lo ve preocupado
- mi niña llora demasiado en la guardería y ya han pasado 3 meses
- el mayor es el que peor lo lleva
- la del medio se ha hecho amigas pero en los estudios le va muy mal
- mi pequeño apenas habla, antes se expresaba mejor
- creo que en mi país ya escriben y multiplican a los 7 años, aquí van lento
- no doy a basto con las tareas, no puedo ayudarlos cuando me preguntan algo
Podría seguir enumerándote situaciones con las que trabajo a diario y con las cuales seguramente te identificas. Lo vamos resolviendo de a poco, porque la vida tiene sus vaivenes y si le sumas que vives en otro país, y en otro idioma, es como si el mundo se hubiese puesto al revés y hay que tenerse un poco mas de paciencia.
Lo importante es pensar las cosas con un poco más de perspectiva y objetividad. Animos, no eres la única y seguramente lo estás haciendo muy bien pero sola es más duro.
¿Qué preguntas agregarías al listado? ¿Cuáles son las que te quitan el sueño?
Erica
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