Café en Nueva York: Sí, podemos

Este café me gustaría compartirlo cada sábado con alguna de vosotras. El de hoy nos lo tomamos en Nueva York.

¿Café para dos?

Si me estuviese tomando un café contigo te contaría que finalmente el invierno llegó a New York e hizo relucir mis atributos más impensados.

Yo que por mi contextura física y aspecto no doy miedo a nadie, he descubierto que el sentimiento de tener una situación bajo control derrumba barreras.

Me encontraba intentando sacar mi auto enterrado bajo la nieve luego de una gran tormenta y por supuesto la actividad no era de mi agrado. Con 1,55cm de estatura y pala en mano me acerqué muy decidida a emprender la faena. Pensaba ‘he vivido en Montreal y he sobrevivido a tormentas como estas, adelante!’

Mientras esto sucedía unos muchachos bien fornidos comienzan a ver la escena y me ofrecen venderme su ayuda, sí cobrarme por ello. Lo que me molesto fue la actitud, no el precio, esa mirada de ‘tú no podrás hacerlo’. Y gracias a ello, lo hice, subí al coche y luego de varias maniobras lo saque sin más, y mis supuestos salvadores se me quedaron mirando hasta el final, por si sucumbía al poderío del hombre que todo lo puede.

Me he re descubierto, creo que no era así antes de expatriarme y saber que puedo sola y que no cuento con ayuda me da fuerzas e ímpetu para lograr cosas que antes no hubiese ni siquiera intentado.

Si me estuviera tomando un café contigo en Nueva York, te diría que he crecido en fortaleza de espíritu y me siento más segura de mí misma. Y todo eso se lo debo al hecho de vivir lejos, a apañármelas sola en muchas situaciones cotidianas en las que un marido no puede salir corriendo de su oficina a ayudarte. Esa fuerza de voluntad me revela algo en mí que desconocía o que no soy tan conciente de tener, y eso es emprendimiento y voluntad.

Suena poco humilde este café acerca de mis hazañas neoyorquinas, pero quería compartir con ustedes lo importante que es darse el tiempo y el lugar para llegar a alcanzar nuestros objetivos,

no siempre estamos preparadas para enfrentar determinadas situaciones pero cuando lo sientes, cuando tu instinto te impulse, escúchalo y confía en tí msima, eres tu mejor aliada.

¿Qué proezas y aventuras reveladoras quisieras compartir con todas nosotras? ¡Anímate, es una inyección de energía positiva!

Erica

Etiqueta suscripción