Cuando pasas mucho tiempo expatriada, viviendo en uno o más países, criando a tus hijos y creciendo junto a ellos lejos de tu lugar de origen no te sientes ni de aquí y ni de allá, sientes que eres un poco de todas partes y de ninguna al mismo tiempo.
Es un sentimiento que confunde porque toda experiencia de vida te transforma, aunque no te des cuenta. A veces el resultado es positivo, otras no logras alcanzar las metas deseadas.
Desde lo personal tomo la expatriación a largo plazo como un continuo, un proceso en movimiento del cual obtengo muchos beneficios a pesar de los diferentes obstáculos que se me presentan.
Cuando debo presentarme y decir quién soy y de dónde vengo me resulta mucho más sencillo que a mis hijos, te lo aseguro, y verlos asumir su identidad con naturalidad me da esa energía para aceptar con más ganas lo que me toca vivir.
Muchos me dicen que los niños están bien porque como padres seguramente hemos hecho lo correcto. Yo tiendo a pensar que hemos tomado buenas decisiones y que también nos hemos equivocado en otras, como cualquier padre que no se ha movido de su ciudad natal, ni siquiera de su barrio.
Puedes estar de acuerdo conmigo o no, y esa es la riqueza de este diálogo virtual en el que compartir nuestras experiencias y nos enriquece además de darnos buenas ideas.
¿Por qué no soy de aquí?: vivo en el aquí y el ahora pero no me definen por completo
¿Por qué no soy de allá?: no vivo el presente de mi lugar de origen más que a la distancia y a través de mi familia y amigos y como tampoco soy la misma que cuando me fui pertenezco a mi lugar de origen de una forma diferente
Podemos disentir y en ello aprenderemos juntas a asumir y aceptar decisiones tomadas sin lamentarnos y poniendo todas nuestras energías en la realidad que nos toca vivir en el presente para acomodarla a quienes somos, y a quienes fuimos.
¿Y qué sucede con quienes vuelven, con aquellas que se repatrían? Sería ingenuo pensar que vuelven siendo las mismas mujeres que se fueron y hasta triste quizás, si la experiencia de vida en otro país no les ha aportado nada, algo que no creo sea posible. La repatriación plantea un desafío diferente porque requiere una readaptación a nuestro lugar de origen. Hemos profundizado este tema en este post
Deja de hacerte tantas preguntas y dedícate a sentir lo que estás viviendo hoy, buscando el mejor presente y futuro para ti y tu familia.
Erica
Que buena reflexión Erica, a mi me pasa que no me siento ni de aquí ni de allá 🙂 y ya he dejado de preguntármelo, sencillamente voy día a día, y soy de ambos lugares.
Cada uno va encontrando la mejor manera de hacerlo y no depende ni del lugar ni del tiempo que lleves afuera, es muy personal
Yo lo firmo todo. Es así.