Cuando te has marchado de tu país los nuevos temas de conversación que surgen en la pareja, en la familia y con los amigos son de lo más variados.  

Así como al ser padres las charlas comenzaron con las vacunas y las horas de sueño perdidas, al expatriarte los visados y las condiciones de mudanza forman el centro de tu comunicación. Con tus amigos y familia sucede un poco lo mismo, los cambios en la comunicación se hacen evidentes pero lo importante es seguir conectados con quienes han quedado en nuestro país de origen.

Todas las que somos actualmente expatriadas sabemos que los temas van evolucionando hacia terrenos desconocidos:  la matriculación en la embajada, los nuevos horarios de comidas, la organización de las vacaciones con meses de anticipación, el nuevo calendario de vacunación …

Al adaptarnos vamos reacomodando viejas costumbres a nuevos hábitos, ya sea la forma en que organizas la compra semanal, tus quehaceres domésticos y también tu forma de comunicarte.  

Tienes mucho para contar, es emocionante compartir con la familia y amigos cómo es tu nueva vida, cuáles son las cosas que más te sorprenden y a las que no logras habituarte.

En mi caso, los horarios de comidas de los diferentes países donde he vivido han marcado un poco el ritmo del hogar, pero no tanto, no logro servir la cena en mi casa a las 18hs americanas (6pm) pero cuando me invitan a una cena no dudo en ir, más allá de que el horario no sea a mi gusto. Otro tema que te parecerá muy banal y qe me ha traído unos cuantos dolores de cabeza es el de los residuos: cada país con su sistema de reciclado, sus reglas para arrojar la basura y los cestos y tipos de bolsas que corresponden a días, horarios y tipos de deshechos. 

A mis amigas les ha resultado de los más curioso escuchar mis relatos sobre este tipo de costumbres y otras más. Y por mi parte no quiero perderme de las cosas que suceden en sus vidas y para ellos intento mantenerme en contacto lo mejor posible. Y esto es válido tanto para mis amigas de mi país de origen como para quienes he cosechado en mis diferentes destinos como expatriadas, y a quien también echo de menos.

Lo que sucede a menudo y que notamos cada vez más con el correr del tiempo es que tenemos que mantener la fluidez en la comunicación, que es lo que más nos conecta con los seres queridos. Cuando nos enteramos que hubo una cena de amigos el sábado pasado nos trae nostalgia, y mucha de los buenos momentos en buena compañía pero preferimos estar al corriente de que los amigos se han juntado a pesar de que no podemos participar, a hacerlo 3 días mas tarde gracias a una foto que alguno de ellos haya publicado en Facebook.

Y esto corre también para nuestros hijos. ¿Qué mejor ejemplo sobre los vínculos familiares que cuando nos oyen hablar con nuestros seres queridos, recordarlos en alguna cena o motivar a nuestros hijos a sentarse frente a la pantalla y conversar por Skype? No a todos les gusta pero logramos que el vínculo se sostenga y enriquezca a la distancia a través de diferentes herramientas tecnológicas que nos acercan y hacen sentir que los kilometros de distancia que nos separan de golpe se han desvanecido.

No quiero engañarte diciendo que es una situación ideal, pues no lo es, la idea es buscar cuál es tu mejor forma de seguir comunicada, de compartir la cotidianeidad de la mejor forma posible y de seguir sintiéndote parte de una familia y de un grupo de amigos.

¿Cómo te has adaptado a los cambios en la comunicación? ¿Cuáles son los temas que más compartes? ¿Qué le aconsejarías a alguien que está a punto de expatriarse?

Erica

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