La salud del expatriado es un tema prioritario en la vida de toda familia, de ello depende nuestra felicidad y nuestro futuro aunque no siempre seamos conscientes de ello.
Una de las primeras cosas que deberían preocuparte al expatriarte es la cobertura médica con la que vivirás en el extranjero. Es un tema al que no se le da suficiente importancia y sin embargo es crucial en la negociación de tu contrato. No puedes irte de tu país sin tener clara tu situación respecto de seguros médicos y sistema de salud en la ciudad a la cual te mudas. Con esto no quiero decirte que aprendas de antemano a completar cada formulario, ya que con paciencia lo irás aprendiendo, pero que tengas muy claro cuáles son los servicios y beneficios con los que cuentas en materia de salud.
Apúntatelo como tema fundamental: tener la mayor información posible sobre el sistema de salud en tu destino e irte con una cobertura o seguro.
Así como investigas las opciones educativas, la oferta del sistema salud puede cambiar la decisión entre aceptar o no un contrato o elegir entre dos destinos posibles. Muchos países ofrecen opciones mixtas de salud pública y privada, siendo la parte pública muy buena, pero no siempre es el caso.
Algunos países no ofrecen ninguna opción de salud pública y te aseguro que vivir sin seguro médico puede arruinarte no solo la experiencia sino tu cuenta bancaria con cosas tan básicas como consultas de rutina, vacunas y ortodoncia. Como verás no estoy entrando en un terreno de tratamientos, estudios sofisticados y enfermedades que requieran medicación especial, sino que quiero que comprendas que si en tu país no te planteas este tema de manera muy seria deberías ser cautelosa a la hora de expatriarte.
Elegir médicos es un tema aparte y en el cual podemos diferir en términos de criterios, pero todas pasaremos por el proceso así que te recomiendo que antes de irte:
– te asegures de llevar el carnet de vacunas o documento que indica cuales le han sido suministradas a tus hijos
– te realices tus chequeos anuales y de rutina
– lleves un botiquín bien surtido para cubrir los primeros resfriados, fiebres y diarreas, para grandes y pequeños.
– si realizas algún tratamiento lleva medicación para los primeros 3 meses
– todo lo anterior debe viajar contigo, no con la mudanza
La elección de pediatra y/o médico de cabecera funciona diferente en cada país pero lo que debes tener presente son tus criterios y prioridades: ¿quizás alguien que hable español? ¿un pediatra con experiencia? ¿el mismo médico al que concurren los niños del cole?
Idealmente haz una búsqueda con tiempo y preséntate a una primer consulta para conocerlo/a con anticipación y tener a quien recurrir cuando se presente una urgencia o enfermedad. Y esto vale para el pediatra y para las consultas de los adultos de la casa.
Muchas mamás me comentan que harán sus exámenes rutinarios antes de partir y que en menos de un año irán de visita a su ciudad y verán nuevamente a sus médicos. Es algo que apoyo como idea pero te insisto en que tengas un médico local a quien llamar o visitar no puedes dejar pasar el tiempo sin hacerte los controles necesarios. Además cuando vas de viaje a tu país no te va a alcanzar el tiempo y tampoco querrás pasar horas esperando en la consulta del dentista o el ginecólogo cuando puedes estar tomándote un café con tu mejor amiga.
La salud es un tema de toda la familia y es lo que hará que disfrutes sin preocupaciones la expatriación.
Cada una se organiza de una forma diferente, cuéntame ¿cómo ha sido tu experiencia?
Erica
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