Cuando decidimos embarcarnos en una expatriación sabemos que hay varios factores que entran en juego, pero es claro que nuestros hijos son un punto central.

Si bien tomamos en cuenta que su educación es muy importante en la organización de la vida familiar, muchas veces olvidamos cubrir aspectos menos institucionales de la expatriación. Y con esto me refiero a cómo estar preparadas para preguntas del tipo: Mamá, ¿por qué vivimos lejos de la familia?, que no son las que tenemos ganas de responder…porque se nos hace bien difícil hacerlo!

Mis hijos ya han dejado de preguntar por qué nos hemos mudado tantas veces y siempre lejos de la familia. Creo que:

1) lo han entendido 2) se han resignado 3) para ellos es parte de la rutina.

En mi caso, mis hijos jamás han vivido cerca de la familia, han nacido y se han criado lejos y yo como madre no se qué es criarlos en mi propio país y mucho menos los beneficios de tener familia y amigos cerca. Disfrutamos de la familia cuando vamos de visita y esa es la viviencia que ellos tienen, planes para pasarla bien y ser mimados por todos.

Pero el término familia, en muchos casos, se reinventa. Familia es, además de quienes te han engendrado y sus allegados, gente que eliges de corazón. En tu expatriación tendrás la suerte de conocer gente que se convertirá en tu familia postiza, ya sean locales o gente que está en la misma situación que tú.

Cuando vives expatriada, lejos y a pesar de todas las redes sociales y adminículos tecnológicos, a la familia necesitas tenerla cerca. Y como no sucede, pues te vas construyendo un marco social que te nutra, a sabiendas de que no son reemplazo de tu familia. Pero son la gran diferencia en tu expatriación.

Entonces, responder a la pregunta Mamá, ¿por qué vivimos lejos de la familia?, se hace más llevadero. En nuestro nuevo lugar tenemos seres queridos, compartimos vivencias y construimos tradiciones y vínculos sólidos.

Buscamos excusas, y de las buenas, para convencerlos a ellos, y también a nosotras mismas, de toooodas las ventajas que nos rodean. No nos engañemos, nadie dijo que vivir cerca de la familia sea perjudicial, aunque algunas dirán lo contrario, pero justificar el hecho de vivir lejos, necesita de grandes declaraciones.

Si les dices que:
– Aprenderás nuevos idiomas: te dirán que puedes mandarlos al cursillo de los sábados de ingles
– Los colegios son mejores: es difícil que lo entiendan porque ningún niño ama tanto a su escuela como para creerlo
– Tu padre tiene un trabajo brutal y tenemos esta casa divina: a los niños los espacios habitables no siempre les producen grandes impresiones.
– Mamá tiene mucho más tiempo para estar contigo: es una gran ventaja y si no la valoran, pues bien, búscate una nanny que los vaya a buscar al cole 😉
– La situación en nuestro país está muy mal: a veces es difícil para un niño comprender algo como la economía del país y vincularlo a su cotidianeidad.

Razones hay miles, lo importante es cuán convencida estás tú y cuán bien lo llevas como para explicárselos y hacerles entender que la decisión de expatriarse no está vinculada con el querer estar lejos de la familia, sino que es una consecuencia de querer vivir en otro lugar.

Para ayudarte a hablar de la expatriación antes de partir te ofezco una serie de libros infantiles para apoyar este proceso. Los puedes encontrar aquí

Si tienes alguna buena respuesta, que haya satisfecho a tus hijos, compártela con todas nosotras, ya que preguntas sobran y respuestas son las que nos hacen falta siempre.

Saludos

Erica
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