MAMÁ EXPATRIADA EN MASSACHUSETTS
Soy una mamá expatriada en Massachusetts. Si hace 15 años alguien me hubiera dicho que sería mamá y expatriada, le habría dicho que estaba loco.

Soy de Barcelona, de un pueblecito de cercanías. Toda mi familia es de este pueblo, generaciones y generaciones hemos vivido en este mismo sitio.

Y en ningún momento se me ocurrió pensar que yo sería la que rompería con la tradición y me iría a vivir lejos.

Conocí a mi marido, también del mismo pueblo y también con generaciones detrás viviendo en el mismo sitio. Los dos trabajábamos cerca, teníamos la família al lado, nuestros amigos de toda la vida, tuvimos a nuestros dos hijos y todo iba perfecto, hasta que llegó la crisis.

Nuestra primera expatriación nos llevó a Polonia. Allí nuestros hijos iban a un colegio internacional, lo que nos permitió conocer a gente de todo el mundo. Y fué fantástico. Realmente enriquecedor. Te das cuenta que las diferentes culturas deciden tu manera de actuar. Los estereotipos creados son ciertos, pero no dejan de sorprender cuando puedes comprobarlos por ti misma. En Polonia hice muy buenas amigas que hoy también, como yo, están situadas en puntos dispares del mapa. Una está disfrutando el verano en Sudáfrica, otra ha regresado a su casa natal en Tokyo, otra reside en un estado sin nieve de Estados Unidos etc.

Y mi familia y yo  estamos adentrándonos en el estilo de vida de Massachusetts. Mis dos hijos van a un colegio público que me encanta. Sus profesoras son risueñas, atentas y trabajadoras. Y ellos hablan ya el inglés con un acento impecable y me corrigen el mío cada vez más.

Mis hijos saben que en el mundo hay diferentes religiones, diferentes maneras de hacer las cosas y diferentes maneras de pensar. Y que todas y cada una de ellas tienen cabida en este mundo. Aprenden que las diferencias nos enriquecen y la tolerancia ya la llevan intrínseca.

Y con respecto a mi… creo que soy muy afortunada. Considero un regalo poder vivir ésta experiencia, ver crecer a mis hijos con la mente abierta, conocer diferentes estilos de vida. Me gusta aprender, me gusta descubrir. Para mucha gente un traslado es una tarea árdua. Para mi un traslado es un cambio siempre a positivo que me permite organizar los trastos y poder constatar que necesitamos muy pocas cosas materiales para vivir. ¿Mis necesidades materiales? un poco de ropa, muchas fotos de mi família y varios libros en diferentes idiomas.

¿El futuro? a saber… de jovencita me encantaba planificar mi futuro. Hoy puedo decir con orgullo que ninguno de mis planes cuajó.

Roser, mamá en Massachusetts y también en www.biotranslations.com

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