Una de las claves de una buena expatriación es poder entender dónde vamos a estar ubicados culturalmente y cómo podemos adaptarnos mejor sin perder nuestros propios parámetros culturales, es decir, ni asimilarnos ni tampoco desentendernos de lo que pasa a nuestro alrededor.

Y así llega el final de Noviembre…Thanksgiving, o mejor dicho en nuestra lengua madre, Día de acción de gracias. Un acontecimiento del que no puedes estar ajena si vives en Estados Unidos.

Haces la compra y los carteles acerca del precio del pavo encandilan tus ojos. Los folletos de mesas donde abunda la comida, con el pavo como centro de atención y los colores del otoño decorándolo todo, no pueden escapar a tus sentidos. Y uno se pregunta ‘¿hace falta tal festín a poco de las Navidades?’ Sorprendentemente la respuesta es un SI rotundo.

Pues indagando un poco en la historia de Thanksgiving y sus orígenes, éstos están vinculados al encuentro cercano entre los habitantes de Estados Unidos y nuevos inmigrantes ingleses (viva el poder de síntesis 😉 

La idea y los motivos del festejo se han debatido con el correr del tiempo, pero nuestro interés en él tiene que ver con nuestra propia condición de expatriadas y las posibilidades que se presentan de integrarse y conocer la cultura en la que estamos viviendo.

¡Pues a buscarse donde pasar Thanksgiving!! Si reciben una invitación de una familia americana, no la descarten, nada vale más que mamar la cultura desde su raíz. Esas oportunidades se pueden dar si están en contacto con familias de la escuela que sean americanas o si frecuentan algún centro cultural.

No pienses en las barreras del idioma o en el estrés del ‘qué me pongo?!’, no desaproveches una invitación.

Si no tienen esa posibilidad, habrá que organizar algo en casa. Establecer nuevas tradiciones familiares puede ser muy divertido. Decorar la casa es una buena actividad para los niños, se hará la compra de la semana orientada a un menú apropiado al festejo, donde pavo, calabazas y maíz no falten a la mesa. Teniendo un fin de semana tan largo, hasta una pequeña escapada familiar podría coronar el evento cultural. Hay destinos turísticos muy apropiados para darle aún mas sentido a Thanksgiving (puedes consultarme si lo deseas)

Seamos agradecidas por la experiencia de expatriación que nos toca vivir como familia. Aprovechemos Thanksgiving para repensar cómo venimos haciendo las cosas, cuáles queremos que cambien y de cuáles nos enorgullecemos. Y a no olvidarse de todos los miembros de la familia, aquellos que nos apoyan desde lejos en esta aventura.

Nos asombraremos de cuánto hay para agradecer, aunque «solo» sea a una misma, por el esfuerzo de llevar adelante este proyecto como madre expatriada.

¡Que viva la integración cultural y el momento en que nos detenemos a dar gracias por todo lo que la vida nos brinda!

Me encantaría conocer por qué tienes que dar gracias este año. 

Erica
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