Uno de los temas que más nos convoca a todas es la educación de nuestros hijos. En ello no hacen falta excusas ni grandes explicaciones: es nuestra prioridad, lo tenemos bien claro. En la expatriación particularmente, luego de haber elegido escuela, estar mínimamente adaptados y empezar a tener un núcleo social de referencia, la escuela llega al hogar gracias a los benditos deberes que se presentan en nuestras casas, sin invitación y en la latitud en la que nos encontremos. Y hay que hacerles frente!. Hoy os hablo de cómo ayudar con deberes en otro idioma.

Cada escuela tiene su propia política, algunas más liberales que otra, respecto de cuánta tarea y cuánto tiempo debe llevar hacerla en casa. también escucharás de parte de los maestros que no desean que ayuden a los niños, otras veces no serán específicos con el tema. La realidad es que más allá de las sugerencias está comprobado que en la gran mayoría de los casos un adulto colabora de alguna forma con las tareas escolares.

Quizás cuando vivías en tu país de origen, trabajabas hasta tarde y no tenías tiempo de ver a tu hijo/a realizando sus deberes; quizás sí estabas presente pero no sentías ningún estrés al respecto, más que el hecho de ver a tu hijo/a en ardua labor luego de terminar un largo día de clases.

Cuando te encuentras en un país en el que se habla un idioma diferente a tu idioma materno, algunos desafíos se presentan para nosotras, las mamás que intentamos tener el mejor nivel posible en el idioma local y en el que invertimos energías y tiempo para ello. Y el desafío se presenta porque queremos acompañar a nuestros hijos en ello.

Para pensar qué rol queremos tomar en los deberes que manda la escuela no tenemos que perder de vista que lo mejor es acompañar y no hacerlo por ellos. Esto para mí es un punto fundamental, con el que quizás muchos padres no acuerden, pero mi lema es: estar presentes sí, hacerles los deberes no.

Con una buena predisposición y sin cargar a tu hijo con los ‘no entiendo cómo enseñan matemáticas en este país’ y comentarios similares, debemos repensar nuestro lugar en los deberes al estar expatriadas.

Personalmente, hice un mini curso de matemáticas sobre el sistema con el que enseñan en la escuela de mis hijos porque no había forma que yo entendiera lo que estaban haciendo. Si las divisiones se escriben al revés, si las ecuaciones no se enseñan hasta que tu hijo/a calza el mismo número que tú… Y que decir de Historia!! Pues cada escuela tendrá un extenso programa de la historia de su país, y ¿qué sabremos nosotras de todo ello? Pues en eso, que es algo que personalmente me interesa más que las matemáticas, los acompaño con gran placer y planificamos actividades en vacaciones para seguir aprendiendo mientras hacemos turismo en la región.

El mayor fantasma me lo plantea Lengua, o el nombre que le hayan puesto en la escuela local. En mi caso es inglés y si bien tengo un muy buen nivel, a la hora de los deberes es más complejo acompañarlos. Siempre les propongo un diccionario en la mesa, ya sea por temas de ortografía o porque sencillamente se necesita una definición. Es bueno consultar diccionarios en el mismo idioma, en mi caso inglés-inglés, con definiciones del término en el mismo idioma, lo que ayuda a mejorar el vocabulario, y por otra parte un diccionario al español, es decir, con traducciones de los conceptos.  

Alguna pensará que con tanta tablet y aplicaciones, proponerles un diccionario suena de otra época. Yo lo encuentro muy útil, es más gráfico, no tengo el problema de las publicidades alrededor de las definiciones que busco y es un libro, ¡la experiencia es otra!

 

Me encantaría que compartieran sus estrategias sobre cómo ayudar con deberes en otro idioma. Si crees que este post puede serle útil a otra mamá expatriada, compártelo. Y si te sientes completamente perdida, escríbeme.

Saludos,

Erica

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