Coaching para madres expatriadas

Os presento a Erica, argentina, educadora y madre expatriada en Nueva York. Ha vivido en Francia, Cánada y ahora en Estados Unidos. Gracias a su formación profesional y a la experiencia adquirida como expatriada, ha logrado fortalecerse en el área de coaching para madres expatriadas.


«¿Qué hay de cenar?»  Esta pregunta cotidiana, que estamos acostumbradas a oír a diario y que espera una suculenta respuesta, necesita de mucho más que alimentos.

Lo primero que una mamá expatriada necesita para poder presentar una cena decente es saber dónde se encuentra el supermercado o la despensa mas próxima. Sin necesidad de ser un cordon bleu, ni de caer en el delivery cotidiano, que terminará arruinándole el estómago a toda la familia, tu objetivo es tener una rutina sana.

Para ello debes volver a encontrar tus aliados: los diferentes comercios que ayudan a que puedas responder a aquella pregunta cotidiana, ¿qué hay de cenar?, con una mesa servida y un refrigerador y despensa bien surtidos.

Si la idea es probar productos locales, ¡pues bienvenidos sean! Si quieres traer a tu mesa los sabores de tu patria, quizás sea más complejo pero ¡no es una misión imposible! Dependiendo del lugar donde te encuentres viviendo y del lugar de donde provengas, las coordenadas pueden cruzarse en diversos puntos.

Entonces, supermercado, despensa del barrio, grandes tiendas… ¿dónde hacer la compra?

Mi consejo es:  Organízate en función de tu realidad cotidiana

–        ¿Tienes coche? Pues bien, búscate algunos negocios no muy lejanos para que la excursión no sea frustrante, perdiéndote por las rutas de tu nueva y desconocida ciudad, viendo como se descongelan los productos antes de que lleguen a la nevera de tu hogar.

–        ¿No tienes coche? Pues haz la compra grande online, aunque seas de esas mujeres a las que le gusta escoger los productos y comprobar si están frescos o no. También puedes averiguar si algún comercio cercano tiene servicio de envío a domicilio y llegar hasta él en transporte público o a pie y volver a tu casa a esperar la compra.

–        Horarios: tómate mucho tiempo al realizar tus compras durante las primeras semanas. Los códigos en tu nueva ciudad pueden ser diametralmente opuestos a lo que imaginabas, te llevará mas tiempo descubrir productos y elegirlos. Evita el estrés de la compra y tómalo como una nueva aventura, así no te encontrarás en la fila para pagar cuando te das cuenta que llevas 3 horas en el comercio y tu hijo YA termina su turno de guardería y ahí mismo dejas el carrito y sales como un rayo a buscarlo.

–        El idioma: increíblemente, el idioma no es una barrera tan marcada a la hora de entrar a un supermercado, ya que realmente es una experiencia que puedes sobrellevar sin necesidad de hablar con nadie.

La hora de la cena es un buen momento para el reencuentro familiar, así sea para compartir con tu pareja lo caótica y aventurera que ha sido la experiencia de prepararla.

¡Buen provecho!
Si necesitáis ayuda para disfrutar de la experiencia de la expatriación en familia, no dudéis en escribirnos.


 
Y en vuestras casas, ¿cómo os organizáis para las rutinas diarias?, ¿qué hay hoy de cenar?
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