En las sesiones de consulta para madres expatriadas, una de las primeras preocupaciones que se plantean es la difícil búsqueda de un verdadero hogar en nuestro nuevo destino. Es posible encontrar ese «hogar, dulce hogar», aquel lugar ideal para vivir? 

En primer lugar buscar un barrio seguro es fundamental. No importa cuán linda sea la casa ni cuántas habitaciones tenga si no te sientes a gusto y confortable en el lugar donde se encuentra ubicada. Dependerá tambien de tus condiciones de expatriación.

Tómate el tiempo necesario para elegir tu futuro hogar

Esta información no siempre te la dará el profesional inmobiliario con el que trabajes. Muchas veces darte una vuelta por determinados barrios en los horarios poco habituales, como el fin de semana, a media mañana o de noche, te ayudará a darte una idea precisa de como es la vida en ese sector.

Habiendo descartado el tema de la seguridad, y sabiendo donde no vamos a buscar alojamiento, la pregunta que sigue es:

¿Qué necesito a mi alcance?

  • Cerca de la escuela
  • Cerca de los respectivos trabajos
  • Cerca de un transporte o ruta que nos conduzca a las actividades de los diferentes miembros de la familia.
  • Cerca de una zona commercial

Si la escuela de tus hijos, o escuelas, según si tienes hijos en diferentes instituciones, tienen un servicio de buses a domicilio, quizás quieras usarlo y pasar por alto la cercanía al cole. Dependiendo de la edad de tus hijos, y considerando los períodos de adaptación que necesiten, resulta grato acompañarlos, es una forma más de conocer la nueva cultura del lugar en el cual te encuentras.

De todas formas, sentirse a gusto en un lugar, ademas de las condiciones físicas, tiene que ver con imaginarte transformandolo en tu hogar, ya que es un sitio donde una mamá expatriada que no trabaja, pasa muuuuuucho tiempo, y es importante sentirte a gusto.

Apropiarse de un nuevo espacio es hacerlo tuyo, y eso no sucede de un día para otro. Un buen ejercicio al visitar casas es imaginarte sentada en alguno de esos espacios tomando un buen café, leyendo un libro o chateando con una amiga.

Entras a tu nueva casa o apartamento y tienes que poder imaginarte tener momentos felices allí… ¿Suena un poco a bolero mal cantado? Pues es así!!

Confía en tu instinto, ¿quién mejor que TU conoce a tu familia?

Puedes también querer considerar el tema de las visitas. ¿Sabías que cuando tu suegra o tus amigos te digan ‘vamos de visita!’ significa que se instalan en tu hogar por varias noches? Bueno, tómalo en cuenta y decide si deseas reservar un espacio para comodidad de ellos, y tuya! (este es un tema que desarrollaremos en profundidad en otro artículo)

Incluir a tus hijos en el proceso de elección del hogar puede resultar muy beneficioso para la adaptación. Dependiendo de la edad, podrás involucrarlos en el proceso de diferentes formas. Puedes preguntarles su opinión o puedes dejarlos elegir el espacio que será su cuarto.

Entonces, ¿has decidido? ¿ya tenemos al finalista? ¡Pues a firmar y que te den las llaves!

Comienzas a abrir los cartones de la mudanza y llenar el espacio vacío con tus cosas y todo cambia. La cara de tus hijos al redescubrir el lugar que tendrán sus juguetes en su nuevo cuarto, la sensación de poner el protraretratos familiar en tu nuevo living, aún algo polvoriento y desordenado, va sacándonte una sonrisa del alma… ni hablar de la cara que pondrá tu marido al regresar del trabajo (porque asumo que no le dieron días para ocuparse de este tema!) … y ahí mismo es cuando empiezas a respirar profundo y a pensar en que ese sí puede ser tu hogar, dulce hogar.

Tu hogar va tomando forma en otra ciudad, en otro barrio y en otra calle, pero lo que lo hace reconocible en cualquier latitud es ese toque especial que le da el ser ‘el tuyo’. Será la forma en que lo organizas o quizás los aromas de tu cocina. Lo irás decubriendo al tiempo que te instalas. Lo importante es justamente eso, instalarse.

¿Qué toque especial hizo que tu nueva casa se convirtiera en tu hogar?

Si necesitas ayuda para organizar y disfrutar de tu expatriación en familia, no dudes en escribirme.

Erica

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