Cuando me encontré buscando escuela en el extranjero por primera vez pensé que el mundo se me venía encima.  No podía conciliar el sueño por culpa de las mil ideas, miedos y expectativas sobre como se adaptarían mis hijos y cómo hablarían un nuevo idioma.

La decisión que más pesa tiene un solo protagonista: la escuela, pero ¿cuál? ¿qué escuela elegir?

Te puedo contar mi experiencia de cuando salí corriendo de una escuela en París al comprobar los métodos arcaicos de educación que utilizaban a pesar de estar en una ciudad de lo más vanguardista en muchos aspectos de órden educativo. También me he llevado sorpresas de las más gratas al ver como niños de 8 años hacían sus ejercicios de matemáticas con gran placer, solo por el hecho de poder hacerlos cómodamente sentados en la alfombra del rincón de trabajo de su aula y en un clima de trabajo de lo más respetuoso, y eso fue del otro lado del Atlántico.

Lo que quiero decirte es que escuelas hay centenares, métodos hay muchos, docentes los hay de todo tipo pero lo que caracteriza a la mayoría de las escuelas de todos los niveles y en todas las latitudes es la carga administrativa y burocrática que nos toca afrontar cuando finalmente hemos optado por un lugar.

Los procesos de admisión a las escuelas varían mucho entre país, ciudades y hasta barrios. Por supuesto que para cada nivel los requisitos son diferentes y dependiendo de si la escuela es pública o privada las condiciones son hasta diametralmente opuestas.

Para darte unos ejemplos:

– En muchos países latinoamericanos la educación pública ha dejado de ser una buena opción, sin embargo en muchos países europeos sigue siendo en determinados barrios la mejor de las opciones.

– Respecto de las privadas, te encontrarás con jardines de infantes que solamente te pedirán la partida de nacimiento y la libreta de vacunas de tu hijo y otros en los que te entregarán el listado de los psicólogos que deberás visitar para pasar los tests de inteligencia.

– Si de Estados Unidos se trata, cada Estado tiene desde un calendario escolar propio (en Miami comienzan en agosto y en New York en septiembre) hasta diferentes opciones en la escuela pública en ‘dual language program’ donde ofrecen español-inglés, otras francés-inglés y los cupos son limitados para ese tipo de programa bilingüe.

Si te has shockeado con los tests de inteligencia para los más pequeños te recomiendo que vayas saliendo de tu asombro, es una práctica mas que común. Además de pedirte informes de la escolaridad de tus hijos, notas y puntajes, cada institución privada se reserva el derecho de admisión y te aseguro que lo ejercen sin escrúpulos.

Cuando buscas un colegio y lo que te asusta es enfrentarte con todo eso sola, recuerda que aquí estoy para apoyarte, es parte de los servicios que ofrezco en Mamás por el Mundo.

Saludos,

Erica

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